Ayer, martes 15 de abril, se inauguró en la Villa des Arts de Rabat, la exposición de la Fundación de Cultura Islámica (FUNCI) “El Jardín Andalusí”, que en esta ocasión llega a la capital de Marruecos de la mano de la Fundación ONA, en un espíritu de colaboración, con una puesta en escena especial y privilegiada.
La muestra, organizada bajo la dirección de Cherif Abderrahman Jah, Presidente de la FUNCI, visita Rabat bajo el Patrocinio de S.M el Rey Mohammed VI, tras recorrer otras ciudades como Tetuán, Fez, Meknes, Essaouira y El Jadida.
Para la ocasión, el centro de ingeniería cultural Villa des Arts de Rabat se vistió de largo, desplegando a lo largo de sus jardines todo un muestrario de aromas pertenecientes a la época andalusí, que reproducen productos tan sugerentes como el azahar, el limón, el incienso, la mirra, la violeta y el jengibre, que se podrán disfrutar, como el resto de las instalaciones del Jardín Andalusí, hasta el 11 de mayo de 2008.
Actuó un grupo rabatí de flamenco con Mohammed Baazzaoui a la guitarra, el conjunto de música sefardí-marroquí Tarab al-Andalusi, encabezado por Mohamed Alami, así como el celebrado laudista Nasser Houari, que, situados en diferentes espacios de la Villa, crearon un ambiente festivo y variopinto, bajo el mismo espíritu de encuentro intercultural que subyace en la exposición El Jardín Andalusí. Asimismo, se sirvió una degustación de cocina inspirada en la culinaria de la época, abundante en zumos de fruta aromatizados, y toda clase de carnes, empanadas, pasteles y dulces especiados, que se ofrecieron en forma de sugerentes miniaturas.
El artista Miguel Chevalier inundó las paredes de la Villa del Arts de espectaculares proyecciones que, a partir de algoritmos, reproducen el crecimiento de plantas en movimiento.
Asistieron al acto alrededor de 800 personas, y amén de los presidentes de las dos Fundaciones, Cherif Abderrahman Jah y Rachid Slimi, numerosas personalidades del mundo de la política y la cultura, entre los cuales se hallaban el Gobernador de la región de Rabat-Salé-Zemmour -Zaër, Hassan Amrani, el Embajador de España en Marruecos, Luis Planas, el flamante Presidente de la Fundación Anna Lindh, André Azoulay, el Ministro de Estado, Mohamed Elyazghi, el Presidente del Tribunal Supremo, Driss Dahak, el parlamentario Hamid Narjisse, numerosos embajadores de diferentes países, la directora del jardín Botánico de Rabat, expertos del mundo de la botánica y la agronomía, así como diversos medios de comunicación de ámbito internacional.
La celebración se desarrolló en una atmósfera lúdica y participativa, en la que los participantes disfrutaron tanto de los aromas como de la erudición, la música y la gastronomía, materializando el objetivo de encuentro simbolizado en el jardín andalusí. En esta ocasión, Marruecos y España compartieron en vivo un aspecto de su cultura que les es común.
Durante su estancia en Rabat, los cuatro espacios dedicados al jardín místico, el jardín poético, el jardín científico y el jardín huerto, se acompañan, una vez más, de diversas maquetas que reproducen ingenios hidráulicos de la época, recreaciones virtuales de jardines hispano musulmanes históricos, audiovisuales sobre la cultura andalusí y facsímiles de tratados de botánica y farmacopea medievales. Una serie de instalaciones artísticas presentan, a su vez, algunos de los principales productos vegetales de la época, desde olivos, naranjos amargos y granados, hasta toda clase de hortalizas y especias.
Esta exposición no es más que la puerta de apertura de un proyecto de cooperación internacional pilotado por la FUNCI en colaboración de diversos organismos, cuya finalidad es la recuperación de jardines históricos y la creación de una red de jardines botánicos dedicados a la conservación, la ciencia y la educación en la región mediterránea. Y es que, como dice Cherif Abderrahman Jah, “el Islam y su cultura han sido siempre respetuosos con el medio ambiente y precursores de la conservación. La naturaleza no es sierva del ser humano, sino su aliada. Por eso”, matiza, “este proyecto no representa una evocación nostálgica del pasado, sino un modelo para la actualidad, basado entre otras cosas, en una adecuada gestión del agua, de los recursos y de los espacios verdes”.