Mujeres por la paz

Autor del artículo: Daniel Lagarto Fernández

Fecha de publicación del artículo: 29/01/2009

Año de la publicación: 2009

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Al principio fue la palabra [13]25

La exposición del joven fotógrafo catalán Daniel Lagarto Fernández (de la que mostramos tan sólo una parte) recoge retratos, en forma de trípticos, de 13 mujeres que trabajan activamente por la consecución de la paz en Oriente Medio. Son mujeres israelíes, palestinas y de otras nacionalidades que dedican su vida y sus esfuerzos a conseguir el fin de la ocupación de Palestina por parte de Israel, y el fin de la violencia que esta ocupación provoca. Dirigentes políticos, sindicales, activistas de base, miembros de organizaciones internacionales, individuos, representantes de colectivos y de ONGs se mueven muchas veces en la frontera que separa (y une) dos sociedades, dos realidades.

Muchas de estas mujeres están convencidas de que si palestinas e israelíes hubieran formado parte de las conversaciones de paz entre las dos naciones en la década pasada, los acuerdos habrían estado mejor estructurados y se podría haber logrado la reconciliación entre ambos pueblos. Como mujeres, dedican su energía y sus recursos a crear otro modelo de negociación y de relación, construyendo puentes de diálogo entre las dos naciones.

El autor ha pedido a cada mujer que escoja una palabra que resuma la visión, la misión o el sentimiento ligados a su relación personal y/o profesional con el conflicto y con sus respectivos países. Todas aparecen con los pies desnudos, como metáfora de su posicionamiento sincero y directo, sin ambigüedades ni atajos (con todo el riesgo de rechazo e incomprensión dentro sus sociedades, que ello supone), en la realidad que les ha tocado vivir. Ellas mismas han escogido la mayoría de los lugares donde han sido retratadas: la interrelación entre el entorno, la trayectoria profesional y el universo interno de estas mujeres se dan la mano en estas imágenes para acercarnos a la esencia humana de cada una de ellas.

Amal Khreisheh

AmalAmal es directora de la Palestinian Working Women Society for Development, y trabaja para alentar a las mujeres palestinas a participar en la democratización de la sociedad civil y a lograr la igualdad de derechos, y para integrarlas en los procesos de toma de decisiones. Es miembro de la International Women Comission for Peace, un movimiento que reúne mujeres pacifistas palestinas, israelíes e internacionales en un frente común de lobby, de análisis y de consultoría política, que quiere ser escuchado e influir en los procesos de paz y de búsqueda de soluciones al drama palestino – israelí, y reivindicar así la aplicación real de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Palabra: Libertad. “Es lo que define la esencia más característica del ser humano. Todos los valores que hemos ido adquiriendo y adoptando a través de la historia (justicia, ecuanimidad, respeto a los derechos humanos…) se destilan del concepto de libertad. Y sin libertad no habrá seguridad. No habrá paz.”

Ellen Rosser

EllenEllen ha vivido y trabajado en el Próximo Oriente desde 1987. En 1996 creó en Hebrón (Palestina) la Friendship and Peace Society, de la cual es la directora. Actualmente reside en Jerusalén después de haber sido expulsada de la Franja de Gaza en julio del 2007, y trabaja en la denominada Propuesta sobre Jerusalén.

Cree que la solución al conflicto árabe-israelí pasa por conceder a Jerusalén el estatus de “Ciudad de Dios”, administrada por representantes de las tres religiones, autónoma tanto de Israel como de Palestina. Siente que Dios fue quien la trajo de los EE.UU. hasta Oriente Medio, y sigue las normas religiosas de la religión cristiana, judía y musulmana. “Cuando los líderes religiosos gobiernen Jerusalén, la Ciudad Sagrada será un centro desde el que la santidad irradiará e inspirará a todo el mundo a vivir de acuerdo con la ley y la paz de Dios. Entonces las tres religiones verán cumplidas sus profecías de traer la paz a la Tierra, y Jerusalén será verdaderamente la ciudad de la Paz de los Justos.”

Palabra: Dios. Quien guía sus pasos.

Nurit Peled

NuritNurit es profesora universitaria y licenciada en literatura comparada. El 4 de septiembre de 1997 su hija adolescente, Smadar, fue una de las cuatro víctimas de un atentado suicida perpetrado en Jerusalén Oeste por un kamikaze palestino. Sumergida en el luto, Nurit responsabilizó en voz alta del atentado y la muerte de su hija no a los palestinos, sino a la política del gobierno israelí de Benjamin Netanyahou. El año 2001 recibió el Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia, otorgado por el Parlamento Europeo a personalidades u organizaciones que han marcado con su impronta la lucha en favor de los derechos humanos y de la libertad en su país.

Invitada en Estrasburgo el 8 de marzo de 2005 para hablar ante el Parlamento Europeo con ocasión del Día Internacional de la Mujer, pronunció estas palabras: “(…) Viviendo en el mundo en que vivo, en el Estado en que vivo, en el régimen en que vivo, no me atrevo a ofrecer a las mujeres musulmanas ninguna idea, sea cual sea, sobre la manera de cambiar sus vidas. No quiero que se saquen los pañuelos ni que eduquen sus hijos de otra manera, ni las presionaré para que construyan democracias a imagen de las democracias occidentales que las desprecian tanto a ellas como a los que corren su misma suerte. Sólo les quiero pedir humildemente que sean mis hermanas, expresar mi admiración por su valor y su perseverancia, que continúen teniendo niños y manteniendo una vida llena de dignidad a pesar de las imposibles imposiciones en las cuales las hace vivir mi mundo. Quiero decirles que todas somos víctimas del mismo tipo de violencia, aunque ellas sufran mucho más porque son ellas las maltratadas por mi gobierno y su ejército con la ayuda de mis impuestos (…)”

Palabra: Diálogo.

Itaf Awad

ItafItaf proviene de Daburiah, un pueblo palestino al norte de Israel, cerca de Nazaret. Es la nieta de Nasra Awad, comadrona, sanadora y mujer de paz, de quien dice todavía inspira sus pasos y su trabajo. Se hizo cargo de su familia a la edad de 12 años. Trabajó como ayudante del alcalde del pueblo y tenía a su cargo los asuntos relacionados con las mujeres, antes de retirarse y dedicarse por entero a trabajar por la paz como facilitadora en experiencias de encuentros entre mujeres árabes y judías, que incorporan técnicas y ejercicios de escuchar y comprender al otro. Como su abuela, es una mediadora que camina siempre acompañada de la paciencia y la compasión.

«Mi trabajo es básicamente el de la sanación espiritual de las heridas causadas por el conflicto y la ocupación, el de encararse con el miedo de aquellos que no quieren la paz y ofrecerles diálogo a cambio. Muchas mujeres judías están dispuestas a encontrarse con las árabes y participar en este proceso curativo con la condición de que no entre la política, pero yo no puedo olvidar las reivindicaciones legítimas de mi pueblo: los árabes en Israel y Palestina estamos humillados, negados y olvidados.”

Palabra: Ecuanimidad. “Estamos inmersos en un proceso de paz que no es ecuánime: los judíos quieren más territorio, continúan construyendo más asentamientos ilegales; Gaza está cerrada; el muro es un muro político, no de seguridad, y está construido en territorio palestino; los barrios y pueblos árabes en Israel reciben menos servicios públicos que los judíos pagando los mismos impuestos, tenemos prohibido construir más… ¿Es esto lo que denominan paz?”

Sahar Vardi

SaharSahar tiene diecisiete años y, de acuerdo con la ley de Israel, el año próximo debería empezar el servicio militar. No lo hará. Se presentará ante el Comité de Objeción de Conciencia, y se declarará pacifista. El problema es lo que el Comité considera ser pacifista: le harán preguntas como por ejemplo: qué haría si su madre fuera atacada en la calle delante de ella. Ella será honesta: responderá que la defendería, y su sinceridad bastará para que el Comité le envíe la carta con la fecha de alistamiento. No acudirá. Esto le supondrá ir a la prisión militar entre veinte y veintiocho días. La llamarán de nuevo a filas, y ella se negará una vez más, recomenzando así el proceso. Normalmente, cuando has pasado en prisión unos cien días te declaran “inútil” para el servicio militar (aun cuando ha habido gente que ha llegado a pasar dos años y medio encarcelada), y Sahar podrá librarse sin haber mentido.

Sus padres apoyan su decisión: su padre fue también a la cárcel cuando se negó a prestar sus servicios como reservista durante la primera Intifada. Tiene mucha más suerte que ciertos compañeros suyos, atacados por su familia cuando decidieron no hacer el servicio militar: en Israel, el ejército es sagrado, aun cuando se trata de un mito que está cambiando significativamente, especialmente tras los errores y las bajas en la guerra del Líbano el 2006. Cada día hay más gente que no está dispuesta a morir por su país luchando en una guerra como aquélla. El Gobierno lo sabe, y crea campañas mediáticas como los carteles que se ven en los autobuses públicos durante estos días: “Un verdadero Israelí no dice no al servicio militar”. Se está discutiendo una ley para instaurar un carné de identidad donde se reflejaría si has ido al ejército o no, y si has renunciado, no podrás estudiar profesiones como medicina o abogacía, creándose así dos clases de ciudadanos… Cuando es preguntada por organizaciones que apoyan a los objetores y que trabajan por la desmilitarización de la sociedad israelí, Sahar no lo duda: New Profile, un movimiento que busca la Civil-“ización” de Israel.

Palabra: Resistencia. “Resistencia a ser una víctima pasiva de lo que sucede, y resistencia a ser ocupadores.”

Daniel Lagarto Fernández

Correo-e:lagartofernandez@hotmail.com

Teléfono: +34 605 902 177