Este capítulo de la estupenda serie de Televisión Española sobre los moriscos -o andalusíes musulmanes obligados a convertirse al Islam tras la conquista castellana en el siglo XVI- narra la valiente resistencia de los moriscos de Hornachos, en la provincia de Badajoz, ante las nuevas autoridades cristianas. También, las torturas a las que fueron sometidos durante la Inquisición, así como su éxodo a tierras norteafricanas, tras la expulsión bajo Felipe III, en el siglo XVII.
Desde Sevilla, y al igual que lo hicieron miles de moriscos andaluces, partieron rumbo a diversos países de «Berbería» (el Magreb). Tras ser acogidos con mayor o menor fortuna, algunos se asentaron en las ciudades de Rabat y Salé, en Marruecos, donde, tras reformar la alcazaba fortificada a orillas de la desembocadura del río Buregreg, se organizaron en torno a la actividad corsaria, que aportaba pingües beneficios, no solamente a ellos mismos, sino al Sultán de Marruecos bajo cuya protección estaban, y a los comerciantes «renegados» europeos.
Construyeron para ello centenares de naves de madera de cedro de porte ligero, debido al escaso calado del río, en especial caravelas, bergantines y tartanas dotadas de gran potencia de fuego, llegando a montar hasta ocho cañones por banda. Con ellas asaltaban las flotas francesas, portuguesas, inglesas y holandesas, principalmente. Deciden entonces independizarse de la autoridad marroquí formando lo que llamarían la «República independiente del Buregreg», hasta que Finalmente, en 1666 la recién inaugurada dinastía alauí acabara con dicha república.