China mantiene una postura ambigua con respecto a la institucionalización de la fe. Por un lado, la República Popular reconoce cinco religiones (budismo, catolicismo, taoísmo, islam y protestantismo), y la libertad de creencia religiosa está protegida en la Constitución. Y, sin embargo, el think tank Council on Foreign Relations informa de que “China alberga uno de las mayores cifras de prisioneros religiosos, cuya número asciende posiblemente al de las decenas de miles”.
Con aproximadamente 22 millones de creyentes, la población musulmana constituye menos de un 2% de la población de China, dividida predominantemente en diez etnias diferentes. Los dos mayores grupos de chinos musulmanes son los Hui y los Uigures. Mientras que los primeros, concentrados en la parte central del país, en la Región Autónoma de Ningxia y en las provincias de Gansu, Qinghai y Yunnan, han sido integrados en la sociedad china; los uigures, una minoría turca de diez millones de habitantes concentrada en la Región Autónoma de Xinjiang, al noroeste, continúa siendo objeto de una severa represión y persecución.
Con aproximadamente 22 millones de creyentes, la población musulmana constituye menos de un 2% de la población de China, dividida predominantemente en diez etnias diferentes.
El verano pasado, las protestas de los Hui ante el anuncio de demolición de la recién construida Gran Mezquita Weizhou atrajeron una gran atención mediática; y, sin embargo, son los uigures los que han sufrido los ataques más serios en las últimas décadas. La práctica religiosa en Xinjiang ha sido fuertemente controlada por las autoridades chinas desde el surgimiento de grupos islámicos separatistas en la región, que abogan por la independencia del Turquestán Oriental, y el enfrentamiento violento entre fuerzas gubernamentales y activistas locales. Desde entonces, Xinjiang se ha convertido en una de las regiones más controladas por fuerzas de seguridad del mundo, y las denuncias de violaciones de derechos humanos son algo frecuente. En 2017, se denunció la destrucción de más de 200 mezquitas en la región, y la programación de la demolición de otras 500 mezquitas. Naciones Unidas también estima que casi tres millones de musulmanes han sido arrestados y enviados a “centros de reeducación” secretos, que la prensa internacional ha comparado con los antiguos gulags.
El verano pasado, las protestas de los Hui ante el anuncio de demolición de la recién construida Gran Mezquita Weizhou atrajeron una gran atención mediática.
En este contexto de estricta regulación social, los musulmanes chinos continúan expresando su herencia cultural en lugares de culto. A continuación, describimos siete de las mezquitas más impresionantes que aún pueden encontrarse en pie en China.
1. La Gran mezquita de Xi’an
Supuestamente la mezquita más antigua de China, la Gran mezquita de Xi’an se fundó en el año 742 d.C. en la antigua capital imperial, ubicada en el acceso oriental de la Ruta de la seda (aunque la infraestructura actual se remonta al s. XIV). Este edificio, dividido en cuatro patios y rodeado de cuidados jardines, fusiona elementos tradicionales de la arquitectura china (como los arcos de madera rematados por techos de pagoda tradicionales) con arte islámico como las estelas grabadas con inscripciones árabes, chinas o persas.
2. Mezquita Id Kah, Kashgar
Kashgar es otra ciudad de gran importancia histórica debido a su ubicación en la antigua Ruta de la seda. Se encuentra en la esquina occidental de Xinjiang, en la confluencia entre China, Kirguistán, Tayikistán y Pakistán. En el corazón de la ciudad encontramos la mezquita Id Kah, uno de los mayores centros de culto para la población uigur. La mezquita data de 1442 y es la mezquita más grande de la región de Xinjiang, con un patio que puede congregar a 20.000 personas durante las celebraciones religiosas.
3. Mezquita de Niujie, Beijing
Construida bajo la dinastía Liao en el año 996 y reconstruida siglos más tarde tras ser destruida por los ejércitos de Gengis Khan, la mezquita de Niujie es la más antigua y grande de la capital china, con 42 salas distintas, incluyendo una sala de oración que puede reunir a 1.000 feligreses. Este monumento histórico y religioso alberga objetos relacionados con la tradición islámica china. Entre los más importantes destaca las lápidas de piedra labradas por el emperador Kangxi (1654-1772) que libraron al pueblo hui de las acusaciones de conspiración para derrocar a la dinastía Qing.
4. Gran mezquita de Dongguan, Xining
La Gran mezquita de Dongguan, en Xining, se construyó originalmente durante la primera etapa de la dinastía Ming (1368-1644), pero ha sido renovada en distintas ocasiones a lo largo de los siglos, hasta su última restauración en 1998. El complejo que rodea su amplio patio presenta dos conjuntos de minaretes: los más altos son típicos del estilo arquitectónico tradicional; mientras que los más antiguos, en color turquesa, acaban en tejados invertidos tradicionales.
5. Mezquita Dongsi, Beijing
Con una sala de oración construida enteramente en madera, la segunda mezquita más grande de Beijing constituye una imagen única. Al igual que la Gran mezquita de Xi’an, la mezquita Dongsi es una mezcla de arquitectura imperial y arte islámico. Su origen es objeto de debate, algunos investigadores argumentan que se edificó en 1356 durante la dinastía Yuan, mientras que otros sitúan su construcción en 1447, cuando el general Chen You autorizó su construcción bajo el gobierno Ming. La sala de oración puede albergar 500 fieles, y su librería contiene documentos islámicos de gran importancia, incluyendo una copia manuscrita del Corán que data de la dinastía Yuan (1279-1368).
6. Minarete Emin y la mezquita Su Gong Ta, Turfán
Aunque parece sacada directamente de Uzbekistán, esta mezquita y su minarete se encuentran en la ciudad de Turfán, en un valle desértico a 120 millas de Urumqi, la capital de Xinjiang. El minarete Emin, una torre de 144 pies de altura construida en honor del general Emin Khoja, que luchó por la unificación de China, es la más alta del país. Erigida en 1777-78, el diseño del minarete Emin presenta una forma cónica típica compuesta por ladrillo quemado. Junto al minarete, al que no se puede acceder, se encuentra la mezquita arenosa Su Gong Ta, una de las mezquitas más grandes de la Región Autónoma de Xinjiang. Un informe reciente de Reuters sitúa en Tufán el mayor centro de detención de musulmanes del país.
7. Gran mezquita Weizhou, Wuzhong
Ubicada en la región de Ningxia, donde reside una gran parte de la población Hui, la Gran mezquita Wizhou sigue en pie después de que miles de manifestantes se congregasen para protestar contra los planes de demolición del gobierno. De acuerdo con las autoridades chinas, este inmenso edificio de color blanco, con múltiples cúpulas de estilo tradicional coronadas por una luna creciente y minaretes, carece de los permisos de construcción adecuados. Sin embargo, la decisión gubernamental también puede atribuirse a al estilo arquitectónico árabe y a los planes de sinificación la región.
Fuente: matadornetwork.com