Los amazigs son el pueblo más antiguo asentado en el Norte de África, y así lo prueban los jeroglíficos más vetustos que se han encontrado hasta ahora, localizados en el templo de Amun, situado en Thebes, Egipto. Antiguamente, fueron conocidos como Bereberes, cuya nomenclatura fue creada por los pueblos Greco-Romanos para designar a cualquier población externa al eje greco-romano. Sin embargo, este pueblo autóctono prefirió ser llamado amazig, lo cual en su propia lengua significa “los hombres libres y nobles”.
Los amazigs aseguran que su presencia en el Magreb se puede remontar hasta 5000 años atrás. Esta comunidad se extiende aproximadamente a través de cinco millones de kilómetros cuadrados, comprimidos entre la frontera egipcia-libia y el Océano Atlántico, y desde la costa Mediterránea hasta Níger, Mali y Burkina Faso. En el pasado, los distintos gobiernos árabes de la región han despreciado e ignorado su cultura, identidad y civilización, tildando sus reclamos culturales de “resquicios coloniales”, y posteriormente se les ha acusado de promover el secesionismo. Sin embargo, la crisis ideológica derivada de la “Primavera Árabe” y el inicio de la decadencia del islamismo radical, han conllevado a un paulatino reconocimiento de los particularismos culturales y étnicos en el Norte de África, y ha conducido a un renacimiento del movimiento amazig, especialmente en Marruecos y Argelia.
El resurgimiento del nacionalismo amazig a partir de la cultura e identidad
En Argelia, el resurgimiento de la cultura amazig vino determinado por las manifestaciones violentas de abril de 1980, en la Cabilia, provocadas por la prohibición de una conferencia, en la cual Mouloud Mammeri tenía que hablar acerca de la antigua poesía Cabil. Este hecho acabaría derivando en el movimiento de protesta de 1980, que hoy en día es conocido como la Primavera Amazig (tafsut imazighen). Estas movilizaciones históricas consiguieron imponer el tamazigt (lengua amazig) como hito cultural, después de varios siglos de persecución y rechazo.
Desde entonces los militantes amazigs han continuado su lucha por el reconocimiento de su cultura, arriesgando su vida y enfrentándose al régimen dictatorial de Argelia, establecido en el poder desde la independencia del país en 1962. Consecuentemente, la identidad ha supuesto la pieza angular sobre la cual se han articulado otras luchas, como por la democracia y los derechos humanos, pero también se ha utilizado contra el fundamentalismo y la opresión actuales.
Los amazigs aseguran que su presencia en el Magreb se puede remontar hasta 5000 años atrás.
La trayectoria de los amazig marroquíes es bastante similar a la argelina. En los años 80 se creó una red de acción cuyo objetivo era el reconocimiento del Tamazigt como lengua oficial junto al árabe. Eso condujo a que, en 1994, tras el final de los “Años de plomo”, Hassan II realizara sus primeras concesiones al retransmitir programas de noticias en los diferentes dialectos del amazig marroquí. Sin embargo, no fue hasta el año 2001 cuando la cultura amazig fue reconocida oficialmente. Además, ese mismo año, Mohammed VI anunció la creación del Instituto Real para la Cultura Amazig en Marruecos, IRCAM, y encomendó su dirección al gran y reconocido especialista en la materia, Mohammed Chafik, que resultaba haber sido su propio profesor en el Colegio Real.
No obstante, viendo la cuestión con perspectiva, tanto en Marruecos como en Argelia podemos comprobar que el reconocimiento de la civilización amazig fue meramente cultural y simbólico. Hoy en día, las regiones que hospedan esta particular cultura se caracterizan por su empobrecimiento y falta de desarrollo, con insuficiencia de escuelas, hospitales, carreteras, universidades, fabricas, etc. La juventud de estas áreas está mayoritariamente en situación de desempleo; el analfabetismo reina entre las mujeres, y las jóvenes carecen de oportunidades educativas. Desde 1950 la población amazig vivió de las ayudas enviadas por los miembros que vivían en Europa, pero a partir del año 2000, los problemas económicos y la crisis del 2008 redujeron ampliamente esa fuente de ingresos. Además, tanto en Marruecos como en Argelia, ha habido una completa falta de voluntad política para adoptar nuevos modelos de desarrollo que puedan empoderar los territorios de esta etnia.
Aspectos de la Identidad amazig
Hay tres características generales, conocidas como la «trinidad», que describen en términos generales la cultura amazig, y son reconocibles tanto en la cultura argelina como en la marroquí. Estos tres aspectos han sobrepasado los límites de la etnia y son parte de una identidad mucho más amplia. Se trata de la importancia de la lengua (Tamazigt), la omnipresencia de un sistema democrático tribal y de parentesco/familiaridad (ddm/tghaghart), así como de la existencia de un fuerte vínculo con la tierra (tammurt).
La importancia de la lengua (Tamazigt)
El asunto más importante, para las comunidades amazig de ambos países, es la lengua y su presencia dentro de la sociedad. Si analizamos la trayectoria histórica del pueblo amazig, podemos encontrar en ella una clara correlación entre la relevancia de la lengua y la preservación de la cultura.
La historia y el sistema de pensamiento del este pueblo fue preservado gracias a la comunicación oral y escrita, ya que una generación transmitía a las siguiente las historias, sabiduría y normas a través de estos distintos canales. A pesar de que esta lengua tiene varios dialectos, su tradición y código han conseguido resistir a continuos ataques e impedimentos, gracias a la lengua nativa.
Viendo la cuestión con perspectiva, tanto en Marruecos como en Argelia podemos comprobar que el reconocimiento de la civilización amazig fue meramente cultural y simbólico.
Cuando sucedió la conquista árabe, los pueblos invasores llevaron consigo una percepción similar respecto al principio de esencialidad que poseía la lengua, y al rol que debían tener los ancianos en la preservación de la cultura. Incluso omitiendo el hecho de que tanto el árabe como el tamazigt provienen de la misma familia lingüística, uno puede entrever cómo ambas comparten la importancia de la tradición en el mantenimiento de la lengua, sea escrita o hablada.
Aunque los árabes utilizaban un lenguaje más poético y elocuente, se cree que al mismo tiempo también valoraban las capacidades unificadoras y de preservación que poseía el tamazigt.
La relevancia de la lengua como factor determinante fue evidenciada cuando el gobierno argelino utilizo el color oro para inscribir el tamazigt como lengua oficial en la constitución del país en 2016, o también cuando Mohamed VI enmendó la constitución marroquí en 2011 para incluirlo como idioma nacional. Para asegurar la continuación de la historia, tradición, leyes y sabiduría amazig, se incorporó el tifinagh, como nuevo alfabeto que sería utilizado para escribir en tamazigt.
Este reconocimiento proporcionó a los amazigs un mayor grado de aceptación dentro de las culturas argelinas y marroquíes. Aun así, ese gesto puede ser catalogado de político, ya que la inclusión del tamazigt en la sociedad contemporánea es un camino de largo recorrido, que necesitará bastante más tiempo.
La importancia del parentesco
Otro factor que debe ser tenido en cuenta a la hora de comparar las culturas argelina y marroquí con la amazig, es la importancia del parentesco o familiaridad engendrada por el sistema tribal democrático.
La idea del estado-nación es un concepto extranjero promocionado por Occidente, que tanto los amazigs como los árabes del Magreb han rechazado ampliamente. Ambos grupos étnicos consideran que las similitudes sociales no vienen marcadas por líneas imaginarias, sino que una identidad compartida que emana de una legua, historia y religión en común.
Esta definición compartida del concepto de identidad ha resultado del desarrollo de un intrincado sistema tribal, presente en las culturas amazigs y magrebíes. Este sistema tribal se caracteriza por tener apariencias socialistas en lo económico y democráticas en lo político-administrativo, de manera que se reflejan en la mundialmente reconocida hospitalidad de los pueblos del Norte de África.
No obstante, la importancia del parentesco, y su capacidad de abrazar pueblos de diversos contextos, es la que marca una clara distinción entre las culturas amazig y árabe. Por otra parte, otro punto de conflicto que explica el desempoderamiento de los pueblos amazigs en los espectros legales y políticos de Marruecos y de Argelia, podría encontrarse en los sistemas tribales. Mientras que los amazigs tienen estructuras de naturaleza matriarcal, los pueblos árabes prefieren modelos patriarcales.
La centralidad de la tierra
Finalmente, el tercer concepto más determinante para el pueblo amazig es el concepto de patria, o tierra. Los amazigs poseen una relación única con la tierra que sobrepasa los alcances físicos y se mueve principalmente en el terreno espiritual.
La idea del estado-nación es un concepto extranjero promocionado por Occidente, que tanto los amazigs como los árabes del Magreb han rechazado ampliamente.
Los amazigs no solo conciben la tierra como fuente de vida y creencias, sino también como la principal protección que poseen frente a los poderes imperialistas exteriores.
El aspecto espiritual de la tierra puede ser encontrado en el islam de hoy en día (muy relacionado con el sufismo) de Marruecos y Argelia, y con la relación existente entre la gente de las ciudades y la de las montañas. Esto se debe a la aceptación e integración que los individuos del mundo urbano recibían por parte de los amazigs. La relevancia de esta profunda relación entre el mundo urbano y rural enfatiza la convivencia cultural, en Marruecos y en Argelia, entre dos etnias que comparten normas sociales y lingüísticas similares.
Como conclusión
La historia de los amazigs en el Norte de África es rica y extensa. A pesar de todas sus variedades geográficas, su cultura se distingue fundamentalmente por:
-Un vínculo determinante con la tierra (tamurt/akal);
-Una fuerte sacralización del lenguaje (tamazig/awal);
-Un profundo sentimiento de comunidad (ddm/tghaghart).
La supuesta nación amazig, siguiendo el modelo previo de otros movimientos nacionales, se asienta sobre un pueblo (imazighen), una lengua (el tamazigt), y un territorio (Tamazgha/Norte de África). El vínculo ancestral entre esta civilización y la tierra que habitan los convierte en pueblo “indígena” acorde con la definición dada por la Naciones Unidas:
“grupos sociales con una identidad cultural y social diferente a la sociedad dominante, la cual los coloca en una posición de desventajosa frente al proceso de desarrollo.”
Los pueblos amazigs de Marruecos y Argelia mantienen una relación altamente compleja con el lenguaje, la tierra y las normas sociales. De esta manera, si hoy en día elimináramos las influencias que ha ejercido esta particular etnia, el desarrollo cultural de los países expuestos hubiera sido completamente diferente.
*Dr. Mohamed Chtatou es profesor de “Comunicación empresarial” en la Université Internationale de Rabat –UIR- y de “Educación” en la Université Mohammed V. Además, colabora como analista de asuntos políticos y culturales en Oriente Medio, islamismo y terrorismo religioso, con diversos medios marroquís, americanos, del Golfo, franceses, italianos y británicos. Es especialista en islam político en la región MENA, con intereses en las raíces del terrorismo y extremismo religioso.