El pasado 15 de febrero, Casa Árabe presentaba las conclusiones de los informes sobre discriminación e islamofobia realizados por la Unión Europea. Hemos optado por reproducir este interesante artículo.
Muchos musulmanes europeos, sobre todo jóvenes, se encuentran con barreras que es impiden avanzar en la jerarquía social. El racismo, la discriminación y la marginación les pueden generar un sentimiento de desesperanza y exclusión social que amenaza la cohesión de la comunidad.
Así de demoledoras son algunas de las conclusiones de los informes ‘Musulmanes en la Unión Europea: Discriminación e islamofobia’ y ‘Percepciones sobre discriminación e islamofobia’ elaborados por el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia (EUMC). Casa Árabe ha traducido al español parte de los mismos y organizó el pasado jueves un debate sobre el asunto.
La encendida polémica sobre el supuesto choque de civilizaciones, lejos de apagarse se aviva. En España, donde ha arrancado el juicio por los atentados del 11-M, en el que de los 29 hombres que se sientan en el banquillo una veintena son de origen árabe o magrebí, el peligro de la multiplicación de fenómenos islamófobos acecha más que nunca.
De ambos estudios se concluye una realidad denunciada desde hace años por organizaciones en toda Europa, pero que ha tenido un escaso reflejo en los medios de comunicación. En muchas ocasiones, el mundo musulmán sale a la palestra en Occidente sólo a través de noticias de conflictos violentos, lo que crea una referencia limitada de una realidad más rica que eso. «La combinación de hostilidad y reduccionismo recrea un ‘homus islamicus’ amenazante, retrógrado y violento», dice la directora de Casa Árabe, Gemma Martín Muñoz.
«Parece que el mejor musulmán es el que deja visiblemente de serlo. De ahí nuestra tendencia a dividir entre ‘musulmán bueno’ y ‘musulmán malo’. El primero sería el occidentalizado que se proclama laico […] y corrobora nuestros estereotipos demonizando al islam y sus supuestas ‘patologías’. Esa no es la realidad que hay que afrontar», añade.
En su opinión, una de las razones que dificulta reconocer la islamofobia es que muchos de esos actos están interiorizados y tienen un elevado nivel de inconsciencia.
Evidencias de discriminación
Esta percepción del mundo islámico hace que haya una especie de «defensa preventiva» ante ellos. Según Martín Muñoz, desde 2002 y de manera creciente, todas las encuestas nacionales e internacionales muestran un sentimiento de rechazo hacia los musulmanes y una estrecha vinculación entre terrorismo e inmigración musulmana.
Las tendencias antimusulmanas tienen un reflejo preocupante en la discriminación en esferas clave para la integración, como el empleo, la educación o la vivienda en Europa, donde hay unos 13 millones de seguidores del Corán. En algunos países europeos, los musulmanes soportan elevadas tasas desempleo, más que la población de cualquier otra religión. En Irlanda, el censo de 2002 reveló que entre los musulmanes el paro alcanzaba el 11%, frente a la media nacional del 4%, constata el EUMC.
La cadena de radio BBC envió en 2004 a 50 empresas solicitudes de trabajo de seis candidatos ficticios, con nombres que sugerían claramente un origen británico, africano o musulmán. Los blancos tuvieron más probabilidad (25%) de ser entrevistados que los candidatos negros (13%) y que los musulmanes (9%).
«Nunca perdamos la perspectiva de que el mejor caldo de cultivo para el odio y la radicalización son la discriminación, los guetos y el desprecio hacia la cultura y la identidad de un pueblo», recuerda Martín Muñoz.
Para el presidente del Foro para la Integración Social de los Inmigrantes y profesor titular de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, Lorenzo Chacón, «el racismo es un desafío creciente de nuestra sociedad».
Agresiones en España
En el capítulo dedicado a España, según datos de la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, entre enero de 2004 y mayo de 2005, se registraron 30 agresiones que podrían describirse como «antimusulmanas».
Se recoge, por ejemplo, el asesinato del marroquí Azzouz Housni en El Ejido (Almería), ataques a musulmanes en Zaragoza, Madrid, Algeciras o Beniajan (Murcia), actos vandálicos por parte de un grupo neonazi contra una mezquita en Reus (Tarragona) y otro similar en Cartaza (Huelva).
Tras los atentados del 11-M, la comunidad musulmana expresó su miedo a que los ataques contra ellos se convirtieran en algo habitual. Sin embargo, y aunque hubo algunas denuncias en los meses posteriores, no existe un registro oficial que pueda dar pie a estudios cuantitativos para concluir si creció o no la islamofobia en España, un hecho denunciado desde Casa Árabe.
También se queja de ello el jefe de la unidad de investigación del EUCM, Ioannis Dimitrakopoulos, quien mantiene que «la reivindicacióm de integración puede ser contraproducente si no va apoyada por políticas adecuadas».
Según las encuestas, en Alemania y España los ciudadanos expresaron actitudes mucho más negativas sobre los musulmanes que en Francia y Reino Unido. Según el 83% de los españoles y el 78% de los alemanes, los musulmanes son fanáticos. Además, el barómetro de opinión pública del Real Instituto Elcano de junio de 2004 señalaba que el 80% de los encuestados tendían a considerar a cualquier persona que practique el islam como «autoritaria» y el 57% como «violenta».
¿Qué se siente siendo musulmán en Europa?
Bajo tantos prejuicios se intuye complicado ser musulmán en Europa. De entrevistas realizadas en diez países de la UE se extrae que muchos de ellos se sienten sometidos a un intenso escrutinio que se endureció tras los atentados del 11-S. Denuncian estar excluidos de la vida social, económica y cultural, y aportan ejemplos de cómo el hecho de no haber obtenido la nacionalidad da pie a sufrir abusos por parte de funcionarios, empresarios o caseros.
Sugieren que hay un reconocimiento muy limitado de la contribución de la civilización islámica a Europa. Además, se quejan de que la policía les hace sentir en muchas ocasiones como sospechosos y denuncian la invisibilidad de los musulmanes en las instituciones públicas.
Según las entrevistas realizadas por el EUMC, cuando un personaje público o relevante hace alguna declaración que para ellos denota rechazo del mundo musulmán, la reacción del público es contradictoria y parece que se elogia a quien manifiesta opiniones antimusulmanas por «romper el silencio y dar voz a las opiniones de mucha gente».
La directora general de Asuntos Religiosos, Mercedes Rico, se quejó en el debate convocado por Casa Árabe de que «una gran parte de la sociedad acepta el discurso racista, transmitido en ocasiones por los medios de comunicación».
Los informadores fueron objeto de críticas, ante lo que Martín Muñoz pidió que, en lugar de tenerlos sólo como parte del problema, se les tome en cuenta como parte de la solución».
‘Hiyab’, diana del rechazo
«Llevar ‘hiyab’ [pañuelo que cubre la cabeza] es mi elección. Soy musulmana y estoy orgullosa de ello. Nadie, sólo mi conciencia, me obliga a ponérmelo. Estoy harta de que me infravaloren, de que me miren con pena porque creen que alguien me controla». Esta es la queja de una joven musulmana de Madrid, que vale para dar voz a otras miles en toda Europa que se ofenden porque se suele pensar que quienes lo llevan se ven forzadas a hacerlo.
El ‘hiyab’ es la muestra más visible del islam en Occidente y suele estar considerado un signo de desigualdad entre el hombre y la mujer, ignorando sus múltiples dimensiones sociales.
De los informes se desprende que, aun reconociendo que el estatus social y las condiciones de vida de muchas mujeres musulmanas debe mejorar para alcanzar la igualdad, la afirmación según la cual todas ellas están «oprimidas» no refleja la forma en la que numerosas féminas ven su propia vida.
¿Es usted islamófobo?
En un documento de la ONG británica ‘Runnymede Trust’, recogido por la EUMC, el concepto de la islamofobia se define con los siguientes criterios:
1. Considera el islam como un bloque monolítico, estático y poco reactivo al cambio.
2. Considera el islam como diferente y «otro». No tiene valores comunes con las demás culturas, no se ve afectado por estas últimas ni influye en ellas.
3. El islam es considerado como inferior a Occidente. Se le percibe como bárbaro, irracional, primitivo y sexista.
4. El islam es considerado violento, agresivo, amenazador, propenso al terrorismo y al choque de civilizaciones.
5. El islam es considerado como una ideología política utilizada para adquirir ventajas políticas o militares.
6. Las críticas a Occidente formuladas por el islam son rechazadas de forma global.
7. La hostilidad con respecto al islam es utilizada para justificar prácticas discriminatorias hacia los musulmanes y la exclusión de los musulmanes de la sociedad dominante.
8. La hostilidad con respecto a los musulmanes es considerada natural y normal.
Autor: Amanda Figueras
Fuente: elmundo.es