Estamos en 2020 y es el momento de hacer balance. Desde que comenzara el nuevo curso, a principios de octubre, las cosas avanzan en la Escuela de Jardinería de Salé (Marruecos), y a muy buen paso. Las molestias del año pasado, derivadas de las frecuentes salidas y prácticas exteriores que tuvimos que realizar con los alumnos, se han solventado, y este año el trabajo práctico se centra de momento en las ocho hectáreas de nuestro jardín y vivero de producción.
Ya empuja la primavera con fuerza en esta región atlántica, y los resultados comienzan a notarse. Flores en plena eclosión, praderas naturales casi selváticas, y árboles caducifolios con brotes de un verde exultante.
Plantar es grato, y así los expresan los alumnos de primero y segundo grado (nivel capacitación profesional y especialización, respectivamente). Ya empuja la primavera con fuerza en esta región atlántica, y los resultados comienzan a notarse. Flores en plena eclosión, praderas naturales casi selváticas, y árboles caducifolios con brotes de un verde exultante.
El diseño paisajista que rodea la escuela y se extiende a la colina abancalada y hasta el fondo, donde se ubica la planta fotovoltaica, va tomando forma y deja entrever el excelente proyecto, fruto de la colaboración entre Mikel García de Eulate, y Gaizka Zuazo y Lorena Torres, del gabinete Soilestudio.
Un diseño formal, que se conjuga con sus curvas y colores, así como con sus prodigiosos volúmenes en tierra roja, con la belleza del edificio concebido por MYAA.
Lirios (Iris germanica), siemprevivas (Limonium perezii), granados enanos (Punica granatum nana) y alhelíes (Matthiola incana) se codean con olivos, naranjos, cipreses, tarajes, algarrobos, árboles del amor (Cercis siliquastrum) y arbustos de boj (Buxus sempervirens), mirto (Mirtus comunis), durillos (Viburnum tinus) y palmitos (Chamaerops humilis), y pronto, con la presencia mágica y norteafricana de las palmeras (en este caso, Phoenix reticulata). A estos árboles y plantas, que en total suman 120 especies, pronto se añadirán, en el vivero de producción, algunas rarezas endémicas de Marruecos. Y todo mantenido desde un modelo de jardinería estrictamente ecológica. Todo un desafío.
Pero lo más importante es la excelente labor de formación realizada previamente a la plantación. Los aprendices tuvieron que alisar, cribar y limpiar el terreno, abonar con compost vegetal y trazar según las indicaciones de los planos de plantación, que tuvieron que aprender a descifrar. Esto no fue de lo más sencillo, pero, cal, cuerdas y metros en mano, los chavales se hicieron poco a poco con el proyecto.
A finales de 2019 recibimos la visita de Alberto Juan y Seva, de la Universidad de Sevilla y consejero del proyecto, que nos reconfortó y reafirmó en las labores realizadas.
Los aprendices tuvieron que alisar, cribar y limpiar el terreno, abonar con compost vegetal y trazar según las indicaciones de los planos de plantación.
Visitas y actividades
Junto con el trabajo práctico y las clases teóricas impartidas al alimón por nuestros formadores españoles y marroquíes, los aprendices han realizado diversas actividades en paralelo. Hemos tenido el placer de visitar el alcornocal de la Mamora, el mayor del mundo, pero sin duda, también uno de los más degradados, así como el humedal de Sidi Boughaba, perteneciente a la Convención Ramsar, y de gran valor ambiental. Sidi Bougahba, que integra una laguna de agua dulce cercana a la costa y está rodeado de una fabulosa vegetación mediterránea, es lugar de paso y nidificación de ciertas especies de aves tan valiosas y amenazadas como la focha cornuda, la cerceta pardilla y el halcón de Eleonora.
También hemos visitado el parque Nouzha Hassan, donde se hizo una acción de puesta al día de las cartelas botánicas, y el Jardin d’Essais Botaniques de Rabat, donde los aprendices de CAP tuvieron la ocasión de aprender acerca de los jardines de Al-Ándalus a lo largo de una visita impartida por la FUNCI en su jardín de estilo andalusí y en el pequeño museo sobre el agua.
Junto con el trabajo práctico y las clases teóricas impartidas al alimón por nuestros formadores españoles y marroquíes, los aprendices han realizado diversas actividades en paralelo.
A la par que las charlas impartidas sobre distintas cuestiones ligadas a la civilización islámica y el paisaje, este año hemos decidido implementar semanalmente las actividades para desarrollar, no solamente los conocimientos en jardinería, sino las habilidades personales. Así, estamos creando una obra de teatro dirigida por una de nuestras alumnas, organizando un concurso de fotografía, y entrenando para la próxima Carrera por la Paz, que se celebrará el 5 de abril ¡Ya queda menos!
Otro de los hitos fue el reciente taller de floristería impartido por nuestros amigos y colaboradores Nicolas y Valentin, de Végétal Concept. El muy interesante taller de floristería -una especialización con un gran porvenir en Marruecos, que la escuela piensa desarrollar- ¡se terminó convirtiendo en una auténtica fiesta primaveral y pletórica!
Colaboraciones externas
Este año tenemos la gran suerte de que el Instituto Cervantes, así como el Instituto Francés y la Embajada de Francia, hayan becado y estén enseñando, respectivamente, español y francés a nuestros chavales. Dos idiomas de gran utilidad para acceder en un futuro cercano al mercado laboral.
Otro de los hitos fue el reciente taller de floristería impartido por nuestros amigos y colaboradores Nicolas y Valentin, de Végétal Concept.
También la Universidad Internacional de Rabat, a través de su departamento de Relaciones Internacionales, está colaborando mediante sesiones de refuerzo de ciertas materias.
Las colaboraciones se acrecientan, y así, hemos establecido relaciones con el Colegio Español y el Liceo Descartes, entre otros, para intercambios y actividades conjuntas entre alumnos.
Hemos tenido, además, el privilegio de acoger en dos ocasiones a Abdelmounaim Madani, director de la ANAPEC (agencia nacional para el empleo), organismo con el que tenemos grandes perspectivas de inserción profesional.
También van surgiendo servicios en jardinería que la Escuela ya está en medida de aportar, como actividades generadoras de ingresos y como parte de las prácticas profesionales de nuestros jóvenes.
También van surgiendo servicios en jardinería que la Escuela ya está en medida de aportar, como actividades generadoras de ingresos, y como parte de las prácticas profesionales de nuestros jóvenes.
No nos podemos quejar, las cosas no solamente siguen su curso, sino que prosperan y florecen poco a poco, lo mismo que el fértil paisaje del Bouregreg.
Texto y fotos: Inés Eléxpuru – FUNCI