Rabat y Salé: tras las huellas de al-Ándalus

Tras la primera ruta patrimonial en Salé, celebrada el mes de mayo pasado, el 29 de junio la Fundación de Cultura Islámica (FUNCI) realizó su primera ruta patrimonial por Rabat, igualmente animada por especialistas en patrimonio. Promovidas por la FUNCI, ambas rutas están organizadas conjuntamente con la Asociación Wasl, Générations Patrimoine, en colaboración con el Instituto Cervantes de Rabat.

Estas y otras rutas diseñadas en torno al legado de origen andalusí y morisco de ambas ciudades, fueron presentadas en el marco del Festival de Patrimonio Andalusí de Rabat y Salé, organizado por la FUNCI en octubre de 2022, como herramienta de investigación, divulgación y diálogo entre ambas ciudades, que no siempre se han mirado la una a la otra con buenos ojos, pese a su cercanía geográfica y su estrecha relación histórica.

El diseño de ambas rutas tiene como objetivo:

Descubrir los principales lugares históricos de origen marroquí-andalusí de Rabat y Salé, no siempre accesibles a los turistas o conocidos por los habitantes locales.

Conocer a través de estas rutas el legado histórico y cultural que une desde hace siglos a las dos orillas del río Buregreg.

Divulgar este brillante periodo histórico, que dejó una fuerte impronta en la cultura, las tradiciones y la forma de vida de ambas ciudades.

Acercar las sensibilidades de ambas ciudades y propiciar el diálogo entre sus habitantes.

Jardín andalusí en la Kasbah de los Udayas, Rabat.

El recorrido comenzó en la Bab al-Kabir, uno de los vestigios almohades más importantes y representativos de la capital de Marruecos. La puerta, incluida junto con la medina de Rabat en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO en 2012, constituye una de las entradas y, sin duda, la más espectacular, a la Kasbah de los Udayas. Esta fortaleza contiene vestigios de diferentes épocas, desde el reinado almorávide hasta el siglo XX, lo que la convierte en uno de los puntos históricos clave de la ciudad. Nuestros visitantes tuvieron la oportunidad de conocer los restos almorávides al pie de la fortaleza, así como la Place du Sémaphore.

Place du Sémaphore. © Inés Eléxpuru.

Sin salir de la fortaleza y detrás del famoso Café Maure, que ofrece una de las mejores vistas panorámicas del Buregreg, se visitó el Jardín Andalusí; un espacio de época colonial recién restaurado, en el que abundan arriates, pabellones, pérgolas y fuentes, y que alberga diferentes especies de plantas y flores que ofrecen un rico abanico de colores y aromas. Dentro del jardín se encuentra el Musée National de la Parure, en un palacio del siglo XVIII igualmente restaurado, cuya colección permanente está dedicada a la vestimenta y los adornos personales, uno de los aspectos más reseñables de la cultura marroquí por su riqueza y diversidad.

Musée National de la Parure, Rabat. © Patricia Ogando.
© Seddik Kabbaj.

La visita comprendía otros puntos clave de la ciudad como Bab Al Bahr, la concurrida y comercial Rue des Consuls, con sus característicos funduks, o antiguas fondas, y la Rue Buqrune, igualmente situada en el corazón de la medina.

Asimismo, los visitantes tuvieron la oportunidad de descubrir las casas tradicionales y una de las mezquitas más antiguas de la medina, la Mosquée Sidi Mekki.

La visita finalizó en la Bab al-Had, «la Puerta del Domingo», otra de las grandes puertas de acceso a la medina, que recibe su nombre del mercado celebrado en torno a ella los domingos.

 

Funduk. © Inés Eléxpuru.

Esta iniciativa ha despertado un gran interés entre la población tanto de Rabat como de Salé y, en ambas ocasiones, la participación ha sido numerosa. Desde la fundación queremos trasladar nuestro agradecimiento a los asistentes y a las instituciones que han hecho posible la elaboración de estas actividades, que esperamos poder repetir en el futuro.

© Seddik Kabbaj.