La fiesta de Ashura es celebrada por toda la comunidad musulmana, pero para los chiitas es una conmemoración religiosa central.
La fiesta cae en el décimo día de Muharram, el primer mes del calendario lunar musulmán, que este año se corresponde con el 29 de enero,y en ella el mundo islámico rememora con un ayuno voluntario el momento en que Noé dejó el Arca y la salvación de Moisés de los egipcios por obra de Dios.
Los chiitas recuerdan además el martirio de Hussein, nieto del profeta Mahoma, ocurrido en el año 680 en la ciudad de Karbala, que se sitúa en el actual territorio iraquí. Para honrarlo, miles de hombres y mujeres vestidos de negro marchan por las calles golpeándose el pecho y cantando.
También realizan rituales de duelo y apasionadas recreaciones del martirio: hay quienes emulan la acción de Hussein flagelándose con cadenas o cortándose la frente hasta que la sangre les corre por el cuerpo.
Algunos líderes chiitas intentan disuadir los sangramientos, argumentando que crean una mala imagen de su fe. A cambio, le proponen a los fieles donar sangre.
Los orígenes
En la antigüedad islámica, los chiitas eran una facción política que apoyaba a Alí, el yerno de Mahoma y cuarto califa (gobernante temporal y espiritual) de la comunidad musulmana.
Alí fue asesinado en el año 661 y su principal oponente, Muawiya, se convirtió en califa. Fue este asesinato el que terminó provocando el gran cisma que dividió a los musulmanes en chiitas y sunitas.
Muawiya fue sucedido por su hijo Yazid, pero el hijo de Alí, Hussein, se negó a aceptar su legitimidad, lo que generó un enfrentamiento entre ambos. Hussein y sus seguidores fueron masacrados en una batalla cerca de Karbala en el año 680.
Las muertes de Alí y Hussein originaron el culto chiita por el martirio.
Hoy, los chiitas son cerca del 15% de la población musulmana del mundo.
Fuente: BBC-Mundo-Internacional