Primer Congreso de CO.ME.CAM en Guadalajara

Autor del artículo: Alfonso Casani - FUNCI

Fecha de publicación del artículo: 09/12/2014

Año de la publicación: 2014

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El pasado 29 y 30 de noviembre se celebró en Guadalajara el Primer Congreso de la Coordinadora de Mezquitas de Castilla‑La Mancha y Madrid en la que se planteó, entre otras cuestiones, un tema de sumo interés para nosotros y para la convivencia de los musulmanes residentes en España, bajo la pregunta “¿Qué puede aportar el Islam a España?”

La pregunta fue desarrollada en una mesa redonda por Ana Planet Contreras, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, y Houssein El Ouariachi, investigador y periodista, desde distintas aproximaciones. Un primer enfoque sobre la conformación de referentes culturales en nuestro país nos muestra cómo, lamentablemente,  una parte de nuestros referentes históricos se han fundado sobre el ideario de la reconquista y la expulsión del “moro” de España, lo que condujo al surgimiento de un discurso del “otro” frente a la unidad de los pueblos de la península.

El desarrollo económico experimentado por el país desde los años 80 y, sobre todo, el boom económico que conoció España en los años 90, aumentaron el flujo de inmigrantes musulmanes, especialmente provenientes de Marruecos.

El desarrollo económico experimentado por el país desde los años 80 y, sobre todo, el boom económico que conoció España en los años 90, aumentaron exponencialmente el flujo de inmigrantes musulmanes, especialmente provenientes de Marruecos, que se asentaron en el país. Este hecho provocó el resurgimiento de los prejuicios sobre el “moro” anteriormente existentes. En este contexto, el marco jurídico de reconocimiento de los derechos de las minorías religiosas es aún joven; sin embargo, se fundamenta sobre una normativa bien preparada que puede aprender de las experiencias de los países europeos vecinos, que han desarrollado modelos que abarcan desde la reafirmación de la laicidad del país y la supresión de los espacios religiosos en el ámbito público, como es el caso de Francia, hasta la contemplación e institucionalización de todos los aspectos referentes a las comunidades religiosas, como ha ocurrido en Holanda. Pese a que ninguno de estos modelos está exento de críticas, constituyen marcos jurídicos desarrollados que pueden servir de orientación a España.


Aspectos positivos

No obstante, a menudo se nos escapan aquellos aspectos positivos que el Islam puede aportarnos. El Islam promueve una comprensión distinta de la vida, enarbolando otros principios y valores que pueden ayudar al desarrollo político, económico y social del país. En primer lugar porque el fin último del Islam es perseguir el bien, conduciendo hacia la ordenación de lo correcto y la prohibición de aquello que es reprobable. Para ello, el Corán y la Sunna promueven una serie de valores positivos para la sociedad, como la igualdad, la justicia social, una comprensión de la economía menos agresiva, y demás. De esta forma, trata de asegurar la igualdad en la diversidad, desde la perspectiva de que, si bien pueden existir diferencias entre los distintos componentes de la sociedad y del país, todos somos iguales en cuanto a nuestros derechos y obligaciones. El Islam propugna, a su vez, un equilibrio entre la razón y la fe, lo que podría conducir hacia la recuperación de una ética y unos valores que se están difuminando en las sociedades actuales, a medida que se ha ido implantando un capitalismo voraz y una visión individualista y cortoplacista.

El Islam promueve una comprensión distinta de la vida, enarbolando otros principios y valores que pueden ayudar al desarrollo político, económico y social del país.

Se puede concluir, así, sin ánimo de profundizar en este tema tan extenso e interesante, que una mayor receptividad hacia el Islam y los principios que impulsa podrían conducir hacia una mayor aceptación de la heterogeneidad étnica y cultural que presenta el estado español, hacia la recuperación de valores que orienten la sociedad e, incluso, hacia el desarrollo de un modelo económico más comprensivo y solidario.