Dos mujeres conquistan el mercado gráfico
Los cómics como forma de expresión artística y literaria son cada vez más importantes. Consiguen una amplia difusión, y actualmente son considerados como algo más que simples cuentos dibujados para niños. Se han convertido en objeto de culto.
Muchos adultos consumen cómics, y muchos de ellos contienen historias reales y a veces controvertidas. Es el relativamente joven género de la “autoficción” (autobiografía del ilustrador mezclada con ficción), el que atrae la mayor atención entre los lectores.
Uno de estas “autoficciones”, “Maus”, de Art Spiegelman, que cuenta la historia del padre del autor, un sobreviviente del Holocausto, ha ganado el premio Pulitzer. Pero ¿cómo está representado el mundo islámico en el universo de las novelas gráficas?
La dibujante de cómic procedente de un país musulmán más conocida, es sin duda la iraní Marjane Satrapi, que ha creado con su obra “Persepolis” una autoficción única y conmovedora. Desde el punto de vista de una niña, cuenta cómo la Revolución Islámica iraní de 1980, y el cambio político y social que la siguió, influyeron en su vida.
Marji, la protagonista del cómic, es parte de una familia teheraní de clase alta, con unos padres de ideología progresista, que apoyaron la Revolución Islámica en sus comienzos. Al inicio del cómic la niña tiene diez años, y para su edad es sorprendentemente intelectual y despierta. Por otro lado, tiene tanta imaginación que dice hablar directamente con Dios y sueña con ser profeta un día.
Cuando crece, Marji anota las faltas y las presiones del nuevo régimen, experimenta la ejecución de su tío como espía de la Unión Soviética y observa la guerra entre Irán e Irak. Aficionada de los grupos del rock de Occidente, la muchacha desarrolla un carácter rebelde. Para evitar problemas con el gobierno islámico y proteger a su hija de los bombardeos, los padres de Marji deciden por fin enviarla a Europa.
Marji regresa a Teherán para estudiar Bellas Artes, y tiene que acostumbrarse de nuevo a la vida bajo el régimen chiita. Por fin la protagonista emigra a París, ciudad en la que realmente vive Marjane Satrapi desde hace trece años.
Persépolis” ha sido un éxito rotundo. Se han vendido más de un millón de ejemplares y está traducida a 25 idiomas. La novela gráfica de Satrapi ganó varios premios en todo el mundo. Entre ellos, el premio al autor revelación en 2001 y el premio al mejor guión del “Salón de Cómic de Angouleme”, en 2002, dos de los más importantes de Europa.
Las imágenes en blanco y negro de Marjane Satrapi, aunque expresivas, son sencillas, y su estilo recuerda a los dibujos infantiles, lo que aumenta la sensación de contemplar la vida a través de los ojos de una niña. El contraste entre el mundo ingenuo y fresco de una muchacha iraní, y los episodios crueles que sufre, convierte esa novela gráfica en algo conmovedor. También permite al lector observar Irán desde una perspectiva “interior”, y ayuda a entender mejor la historia y la sociedad de ese gran país.
En 2007 se estrenó una película de dibujos animados basada en “Persépolis” bajo la dirección de su autora, que consiguió el Premio del Jurado en el Festival de Cannes de ese mismo año. También está nominada cómo mejor película no-inglesa para el Óscar de 2008.
Las imágenes en blanco y negro de Marjane Satrapi, aunque expresivas, son sencillas, y su estilo recuerda a los dibujos infantiles, lo que aumenta la sensación de contemplar la vida a través de los ojos de una niña.
Cómo ha dicho la propia Satrapi, su principal objetivo es luchar contra los prejuicios que se vierten sobre Irán, e informar acerca de su riqueza cultural. La dibujante es pacifista y está convencida de que Oriente y Occidente tienen mucho en común. Considera que el fanatismo es el mayor peligro para la paz mundial.
Aunque su familia todavía vive en Irán no desea, ni puede, regresar a su país de origen, debido a las fuertes críticas recibidas desde ciertos sectores. Por ello ha decidido luchar desde Europa en favor de la libertad y los derechos de las mujeres –critica por igual la prohibición del pañuelo en los colegios franceses que su imposición en Irán- , y ha elegido crear un mundo de imágenes para explicar e informar acerca de la realidad de su país.
Asia Alfasi
La nueva estrella en el mundo de los cómics promete ser Asia Alfasi, una libanesa de origen libio, de 23 años, que vive en Gran Bretaña. En Libia tuvo su primer contacto con los dibujos animados, porque la televisión emitía numerosas series japonesas con subtítulos en árabe.
Cuando tenía ocho años su familia se trasladó a Gran Bretaña, lo que le permitió ampliar su horizonte leyendo muchos «mangas», o cómics influidos por los japoneses, que hoy en día constituyen mercado millonario. Empezó así a dibujar sus propios cómics. Al tiempo, descubrió la religión desde un punto de vista personal, y tomó la decisión de llevar una vida como musulmana activa, orgullosa de su pañuelo, y siempre empeñada en explicar su cultura a su entorno.
Pronto, Asia Alfasi se dio cuenta de que faltaban personajes musulmanes o árabes en el mundo de los cómics, y que el mundo islámico no había tratado de comunicar su cultura, historia y costumbres mediante este medio. Por eso, tomó la decisión de dedicarse a rellenar ese vacío.
Asia cree que Dios le ha dado su talento, y por ello piensa que es lógico que deba usarlo en favor del Islam y su gente. Dibujando cómics con personajes y contenidos musulmanes, la dibujante pretende actuar contra los desencuentros entre el mundo musulmán y Occidente, y fomentar el respeto y el entendimiento entre las culturas.
Pronto, Asia Alfasi se dio cuenta de que faltaban personajes musulmanes o árabes en el mundo de los cómics, y que el mundo islámico no había tratado de comunicar su cultura, historia y costumbres mediante este medio.
Después de convencer a su padre para que la dejara probar suerte con el arte, Alfasi empezó a estudiar comunicación visual en el Instituto de Arte de Birmingham.
Fue la única mujer en ganar el concurso “Hius West Midlands Stripsearch”, y más adelante recaudó otro premio en el Festival Internacional de Manga y Dibujos Animados. Un gran éxito, y el inicio de una carrera como dibujante de cómics.
Asia Alfasi ha desarrollado su propio estilo creativo –que ahora no se parece tanto a los «mangas»– y ya ha publicado una serie de obras, algunas de ellas en el libro “Best New Manga”, un cuento de 50 páginas sobre una chica musulmana.
En 2006, la libia mostraba en la estación de metro “Piccadilly Circus” de Londres, un cuento de 22 páginas sobre dos mujeres musulmanas en esa misma ciudad. El tema elegido resultó más controvertido de lo que ella esperaba, atrayendo mucho la atención, y provocando numerosas discusiones entre las personas que tomaban este medio de transporte. Con ello, la joven dibujante había conseguido uno de sus propósitos más importantes: estimular el dialogo intercultural.
Asia Alfasi ha firmado un contrato para crear dos novelas gráficas con el editor Bloomsbury. Se publicitarán en 2008 y serán autoficciones. Inspirada en su propia biografía, Asia Alfasi nos contará las aventuras de una joven musulmana en Libia y en Gran Bretaña.
Sus nuevas novelas gráficas prometen dejarnos echar un vistazo a su vida y también –algo muy importante–, al mundo islámico, que por fin ha encontrado a sus representantes en el cosmos de los cómics.