La editorial Lunwerg publicó en 2013 un libro titulado “El traje tradicional en España”, a través del cual nos presenta la indumentaria regional española, que unida a la música, la canción y la danza, forma indudablemente una parte importante del patrimonio cultural ibérico. Es un libro eminentemente gráfico, que supone un importante testimonio de las vestimentas regionales y provinciales, tanto femeninas como masculinas.
A través de sus textos se detecta la importante presencia de los andalusíes, de quien tanto hemos heredado en materia de arquitectura, agronomía, gastronomía y lenguaje, y que también dejaron su huella en la indumentaria, en especial en época mudéjar, cuando mayor contacto se produjo con las comunidades cristianas. Cuando los viajeros románticos de Europa visitaban España, y en concreto cuando llegaban a Andalucía, se sentían muy atraídos por la vestimenta, inspirada en monumentos de origen árabe. Estos trajes siguen siendo usados actualmente por las jóvenes en las fiestas de algunas de las poblaciones de las cuales eran originarios.
Zaragüelles de Levante
Algunas de las prendas que nos ha dejado como herencia el pueblo árabe son los pañuelos anudados en la cabeza, las alpargatas, el uso de la manta en Andalucía y Murcia, y los zaragüelles de Levante. Si nos adentramos en Andalucía, podemos apreciar que el traje típico de la mujer Mojaquera es de origen bereber. De hecho, allí las mujeres visten un pañuelo negro con el cual se tapan nariz y boca, al igual que las mujeres de Fez, de Marrakech y de otras regiones de Marruecos. En los trajes de Castilla y León se encuentran influencias mudéjares en los estampados de los vestidos femeninos de Carbajales, la Alberca y Zarramala.
Valencia, famosa por su industria textil, alcanzó su esplendor en esta industria durante la época morisca. Si indagamos en Aragón, encontramos el cachirulo, o pañuelo coronario de origen claramente musulmán, que fue conservado por los moriscos.
En Extremadura, existen pequeños pueblos en los que se reconocen prendas de época árabe, como sucede en Malpartida de Cáceres y en Arroyo de la Luz En los trajes de estas poblaciones apreciamos el uso de la cadeneta en los bordados, muy anterior a la moda de lo oriental, y que ya se usaba sin lugar a dudas en tiempos de al-Andalus. Seguimos recorriendo la región extremeña, ahora por la Aldea de Monthermoso, y vemos que cuando las mujeres salen al mercado se colocan sobre el pañuelo -con el que se tapan la parte inferior de la cara, en una clara influencia andalusí- una gorra muy inclinada sobre el rostro, dejando asomar por detrás, bajo el pañuelo, un bulto, que es la parte posterior del moño.
Los textos de esta publicación son de Rafael Romeo Cárdenas y las fotografías, de Manuel Fernández Cuevas.
Colaboran la Federación de Asociaciones de coros y danzas de España, el Instituto de las Artes Escénicas y de la Música, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y el Corte Inglés (Ámbito Cultural).