A menudo usamos en nuestro lenguaje cotidiano la expresión “fulano, mengano, zutano y perengano”, para referirnos a personas no determinadas, cuyo nombre ignoramos o no queremos expresar. ¿Sabías que fulano viene del árabe hispano «fulán», y éste, del árabe clásico, «fulān»? Mengano, por su parte, podría provenir del árabe hispano «man kán», y éste del clásico «man kān», «quien sea».
Zutano deriva de «citano», palabra de probable origen latino, mientras que perengano sería una combinación posterior de Pérez y mengano.