Por Meherzia Labidi*, del partido islamista tunecido Enahda. Madrid, 10 de diciembre de 2015
«En Túnez, cuando comenzamos con el proyecto constitucional, nos planteamos la misma pregunta acerca de si había que incorporar la shari’a (o Ley islámica); todo el mundo lo hizo. Hubo manifestantes que se reunieron en la asamblea para exigir que el primer artículo de la Constitución declarase que la shari’a era la primera fuente principal de la ley en Túnez. Hubo otro grupo que defendía que había que separar la religión y el Estado y que Túnez debía ser un país laico. Nos encontrábamos atrapados entre ambas posturas, fue muy complicado, ya que se trataba de un debate muy polarizado.
En el partido al que pertenezco (Enahda, partido islamista), que poseía en aquel momento la mayoría en la Asamblea, reflexionamos mucho sobre qué significa pertenecer al Islam y apoyarnos en valores musulmanes. ¿Significa eso que tenemos que introducir la shari’a en todo? ¿Es necesario que todo sea islámico o islamista? Para nosotros, hablar de justicia social es Islam, la dignidad humana es Islam, la igualdad entre ciudadanos es compatible con el Islam, promover una relación de respeto y de cooperación es Islam. Por lo que nuestra aproximación consiste en reformular qué es lo que se entiende por Islam.
Es por ello, que nuestra intención desde el principio era no mencionar el término shari’a en la Constitución, y es lo que hemos hecho. Para nosotros, ese término tiene un significado muy negativo en la actualidad. Como especialista, yo sé que el término shari’a se refiere a corpus legal, tanto de los textos religiosos como de la producción humana. Sin embargo, para la gente, en general, la shari’a es algo que automáticamente produce miedo y que puede dividir a los tunecinos en dos grupos. Por ello decidimos unir a todos los tunecinos haciendo referencia sólo al Islam como la religión de Túnez, y a la lengua árabe como su idioma oficial, se puede decir que desmitificando y pacificando la cuestión identitaria.
Personalidad musulmana
Lo que queremos no es reinventar una personalidad musulmana para los tunecinos, éstos ya son musulmanes desde hace mucho tiempo, sino instaurar la democracia y la libertad, para todos, en la Constitución. Por eso no decimos que se trate de una Constitución islámica; es una Constitución democrática tunecina. Reagrupa a todos los tunecinos, a los que son religiosos y a los que no lo son, a los que son musulmanes y a los que no lo son.
No es una cuestión de gobierno islámico, lo que queremos es un gobierno democrático. El Islam es una parte esencial de nuestra identidad, pero no es un marco con el que nos opongamos a todo lo demás. Para nosotros, lo importante no es que sea una shura o una democracia, lo importante es el contenido. Lo más importante es romper definitivamente con el despotismo, con la corrupción, y restituir la dignidad de los ciudadanos y de las mujeres. De este modo, no hemos realizado una distinción entre lo que es islámico y lo que no lo es, hemos llevado a cabo una reconciliación».
*Merherzia Labidi es una política tunecina, miembro del partido islamista Enahda. En la actualidad es parlamentaria en la Asamblea de representantes del pueblo. Se licenció en Traducción e interpertación y posee u máster en literatura inglesa y drama. Es coordinadora del Global Women of Faith Network y copresidente de la coalición internacional Religions for Peace.
Del libro «Islam y constitucionalismo, un diálogo abierto»