«Vino al mundo circunciso (Mahoma), y la alegría apareció sobre su rostro desde su nacimiento: la tierra tembló tres veces, como si lo hubiera concebido ella misma; todos los ídolos se prosternaron; los tronos de los reyes fueron vertidos; Lucifer fue arrojado al fondo del mar; y no fue sino tras haber nadado durante cuarenta días, cuando salió del abismo y huyó hacia el monte Cabes, dónde, con una voz terrible, llamó a los ángeles».
Montesquieu (Francia, 1689-1755). Pensador político, autor de la «Cartas persanas»
El Corán expresó la idea de «…un ser infinito y real, sin forma ni lugar, sin final y sin igual, presente en nuestros pensamientos más secretos, existente según la exigencia de su propia naturaleza, y tirando de sí mismo todas las perfecciones morales e intelectuales».
Edward Gibbon (Inglaterra, 1737-1794). Historiador
«Es estúpido que todo el mundo esté alabando su opinión particular. Si el Islam significa sumisión a Dios, todos vivimos y morimos como musulmanes».
«¿Es el Corán eterno? / No lo dudo./ Éste el es libro de los libros, / Lo creo más allá del deber de los musulmanes (de creerlo así)».
Johann Wolfgang von Goethe (Alemania, 1749-1832). Filósofo
El islam trajo consigo: «el principio de la pura unicidad: nada más existe -nada puede ser fijado-, solamente el culto de lo Único permite la unidad de todo».
G.W.F. Hegel (Alemania, 1770-1831). Filósofo
«Una luz tal llegó, dotada de poder, para iluminar las tinieblas de ese alma árabe salvaje. Un esplendor deslumbrante y confuso, como el de la vida y el paraíso… La llamó revelación y ángel Gabriel ¿Quién de entre nosotros sabría nombrarla?»
Thomas Carlyle (Escocia, 1795-1881). Ensayista
«Mi pensamiento, así como mi simpatía están totalmente volcados hacia el Islam… No mentía cuando decía que creía en la misión profética de Mahoma… Mi religión se convertía desde entonces en la religión universal de los profetas».
«Una vida vivida según el espíritu del Islam puede ser éticamente perfecta, y exigir la compasión hacia las criaturas de Dios, la honestidad en las relaciones con los demás, el amor, la lealtad, la supresión de los deseso egoístas».
Ignaz Goldziher (Hungría, 1850-1921). Especialista en Jurisprudencia islámica, de religión judía, y formado, entre otros lugares, en la Universidad al-Azhar de El Cairo.