«La caligrafía es el álgebra del alma trazada por el órgano más espiritual del cuerpo, su mano derecha. Es la celebración de lo invisible por lo visible. El arabesco manifiesta la presencia del desierto en la mezquita. Por él, lo infinito se despliega en lo finito. Pues el desierto, es el espacio puro, liberado de las visicitudes del tiempo. Es Dios sin el hombre. El calígrafo, que en la soledad de su célula toma posesión del desierto poblándolo de signos, escapa de la miseria del pasado, de la angustia del porvenir y de la tiranía de los otros hombres. Dialoga solo con Dios en un clima de eternidad.»
Michel Tournier
La Gota de Oro
«La caligrafía, embajadora del alma, se opera en el silencio como un soplo que viene del interior, una danza del espíritu. Un arte que requiere silencio, concentración y una gran maestría para acceder a la alegría del instante. Cuando estoy solo, la caligrafía es mi mejor amiga».
Abdessatar Jmei
Calígrafo