«Te hemos concedido un claro éxito.
Para perdonarte Dios tus primeros y tus últimos pecados, perfeccionar Su gracia en ti y dirigirte por una vía recta.
Para prestarte Dios un auxilio poderoso.
Él es quien ha hecho descender la sakina (*) en los corazones de los creyentes para incrementar su fe. Las legiones de los cielos y de la tierra son de Dios. Dios es omnisciente, sabio.
Para introducir a los creyentes y a las creyentes en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estarán eternamente, y borrarles sus malas obras. Esto es, para Dios, un éxito grandioso».
Corán, Sura 48, aleyas 1-5
(*) Paz, serenidad