Bajo la advocación de Santa María de Mediavilla, tradicionalmente se considera que la catedral turolense fue en origen un edificio románico con tres naves, construido en 1171, y que fue la reconstrucción de los siglos XIII y XIV la que dotó al templo de su actual aspecto mudéjar. Sin embargo, esta hipótesis no está documentada. La torre tiene su antecedente inmediato en la de San Pedro de la misma ciudad, datada por termoluminiscencia en el siglo XII, por lo que puede tratarse de una zoma o alminar de la Tirwal islámica. Esta torre y las posteriores de San Martín y El Salvador siguen el modelo de la zaragozana torre de La Magdalena, antigua zoma de Bab al-Qibla.
A finales del siglo XIII es cuando se ejecuta la magnífica cubierta de madera, consistente en una armadura de par y nudillo profusamente decorada con pinturas que se cuentan entre las más interesantes manifestaciones pictóricas de la cultura mudéjar, con numerosos motivos de gran interés, como la representación de oficios de los gremios artesanales, y otros también de carácter religioso.
En 1538, Martín de Montalbán realiza el cimborrio que corona el crucero de la catedral, consistente en una estructura octogonal de ladrillo que decorativamente se relaciona con motivos presentes en la mezquita aljama de Córdoba. Las modificaciones del templo continúan a principios del siglo XVIII con la creación de una girola que sustituye definitivamente a la cabecera gótico-mudéjar (de la que hoy subsiste uno de los ábsides) y, finalmente, en 1909, con la construcción de la portada meridional, de carácter historicista, con estructura neorrománica y decoración neomudéjar.
Una de las partes más llamativas es el gran campanario mudéjar, considerado uno de los primeros edificios de dicho ámbito cultural en el contexto aragonés. Es de planta cuadrada con tres cuerpos de altura, formados por estancias superpuestas, y la decoración exterior, en ladrillo y elementos cerámicos polícromos, es más sobria que la de las otras torres mudéjares que se construirán con posterioridad en la ciudad. Se eleva sobre un pasadizo inferior con bóveda de cañón apuntada.
La techumbre es Monumento Nacional desde el 10 de marzo de 1911 y el conjunto del edificio desde el 3 de junio de 1931. La torre y la techumbre, junto con las torres del Salvador, San Martín y San Pedro, fueron declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1986.
Fuente: Al-Andalus, arqueología e Historia