¡Qué bien está el montaje de «Los aromas de al-Andalus»!, estimado amigo. Magnífica carpa-exposición que nos presenta La Caixa catalana en colaboración con «El legado andalusí», de la Junta de Andalucía, y la Fundación de Cultura Islámica. Nuestra Fundación municipal de Cultura, que abandera la incansable doña Mercedes, ha tenido el gran acierto de brindarnos la ocasión de disfrutarla. Se ve, se oye, se huele, se toca. Incluso los niños la disfrutan enredando con todo.
Con los ricos aromas entendemos un poco mejor el mundo árabe y, como siempre ocurre, un poco peor al tío Bush, empeñado en asolar parte de aquella rica cultura. El tío Bush de hoy es como el tío Gilito de ayer, pero sin deliciosos patitos. El tío Bush de hoy tiene alrededor de nuestro amigo Aznar o al amigo Blair de los del segundo imperio. Se ve que los imperios, como las t…s, ¡ay, Señor!, unen y tiran. ABB. Los chinitos, gracias a las cuestaciones del Domund, la red de restaurantes y el comercio «de calle» ya están preparando el cuarto imperio, que será de restallón, ¡pobre don Javier, cómo va a quedar la grieta!
Pienso que por miedo al tío Sam-bus (papá ven en tren) es por lo que en lo de los aromas del Náutico, que siempre está lleno, la mezquita esté siempre vacía. El personal tiene miedo de que haya cámaras ocultas y lo «tomen» embelesado por la ambientación y el melodioso rezo. El gentío, por si las moscas, prefiere quedarse oliendo los mil aromas de fuera, o pasear por el patio jardín, como quien va a alguna parte.
Lo de «Los aromas» es una gran publicidad, abre las ganas de viajar y conocer. Promociona.
Y nosotros, ¿qué hacemos amén de llorar por el verano perdido y suspirar por el otoño que amenaza con ser verano y arruinar definitivamente a los comerciantes de la avenida de Schulz y a los de la Constitución, y, aun con coches, a los del resto de nuestros ejes comerciales? La destemporalización atmosférica, señoras y señores, desestaciona las compras, y, además, corta, que está demostrado que cortar, el sol en invierno, como la lluvia en verano, las ganas de comprar, como la inflamación de la próstata, las de hacer pis.
Nosotros, para no seguir cortados y prostáticos, debemos hacer algo y pronto. Primero, abrir los ojos de Cajasturias, Principado, y Fundación Caveda y Nava, que los tres, según su saber y entender, con dineros, poder y cultura, oro, incienso y mirra, podrían ponerse al frente de la segunda reconquista asturiana. No tendremos aromas, ni ruta de la seda, ni una vieja y rica cultura islámica, pero, demonios, tenemos en el arcón de los recuerdos de la historia, una vieja monarquía que derrotó al Islam, una ruta de la Reconquista, por la que ellos subieron y nosotros bajamos, y una vieja cultura castreña y prerrománica… y, además, tenemos fresquísimas brisas del Cantábrico.
¿Se imagina usted, empresario de hos-y-hotelería, urbana o rural, una exposición al pleno sol de Madrid, Badajoz, Córdoba, Sevilla o cualquier otra sartén hispana, donde a más de la ruta de la Reconquista, que vale la de la Plata, mil vistas de Covadonga, lagos y cabras, teleférico de Bulnes, castros y tevergas, iglesias prerrománicas sucias, cercadas y abandonadas, pudiera el lugareño muerto de calor, disfrutar de una fresquísima brisa cantábrica perfumada de salitre, ante una gran fotografía de la playa de Gijón, y por mil conductos aspirar aromas de fabada, calderetas, potes, ricos mariscos?
Francisco Prendes Quirós
La Nueva España, ASTURIAS, 27/09/2002