Del Sahih de Bujâri

Autor del artículo: FUNCI

Fecha de publicación del artículo: 10/09/2008

Año de la publicación: 2008

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«‘Âisha, Madre de los creyentes, relató: ‘Al principio, la Revelación divina se manifestaba en el Mensajero de Allah (B y P) en forma de sueños piadosos y veraces mientras dormía. Estos sueños le llegaban como la brillante luz del día y se le inspiró el amor al retiro y al aislamiento. Solía recluirse en la cueva de Hirâ y adorar al Dios Único durante varias noches antes de volver con su familia. Solía llevar con él su sustento para cada retiro y volvía con su esposa Jadîÿa para abastecerse nuevamente. Así lo hizo hasta que le llegó la Verdad en la cueva de Hirá; el Ángel llegó a él y le dijo: ‘¡Lee!’ y él respondió: “No se leer”. El Profeta (B y P) relató : “Luego me sujetó con fuerza y me apretó tan fuerte que pensé no poder resistir más. Luego me soltó y me dijo que leyera. Yo repliqué: “No se leer”. Entonces me sujetó nuevamente y me apretó tan fuerte que pensé no poder resistirlo más. Luego me soltó y me pidió nuevamente que leyera. Respondí: “No se leer”. Entonces, me sujetó por tercera vez y al soltarme me dijo: ((¡Lee! En el nombre de tu Señor que todo lo creó. Creó al hombre de algo que pende. ¡Lee! Tu Señor es el más generoso)) (96:1-3)”.

El mensajero de Allah (B y P) retornó con su corazón latiendo aceleradamente. Al llegar y ver a Jadîÿa bint Juwaylid le dijo: “¡Temo que me suceda algo!” Jadîÿa le respondió. ‘¡Claro que no! ¡Por Allah! Tu mantienes buenas relaciones con tus parientes, ayudas a los pobres y miserables, atiendes generosamente a tus invitados y asistes a quien se lo merece de entre los azotados por la desgracia’.

Jadîÿa salió con Muhammad (B y P), se dirigieron a ver a Waraqa bin Nawfal bin Asad bin ‘Abd el ‘Uzza, quien durante la Yahiliya se hizo cristiano y solía escribir en hebreo. Escribió el Evangelio en hebreo tanto como Allah se lo permitió. Era ya un anciano y había perdido la vista. Jadîÿa le dijo: ‘¡Primo! Escucha lo que te relatará tu sobrino’. Waraqa preguntó: ‘¿Qué has visto sobrino?’ y el Mensajero de Allah (B y P) le describió todo lo que había visto. Waraqa dijo. ‘Este es el mismo Espíritu que Allah reveló a Mûsâ ¡Cómo quisiera ser joven aún y estar vivo cuando tu pueblo te expulse!’ El Mensajero de Allah (B y P) le dijo: “¿Me expulsarán acaso?” El asintió con la cabeza y dijo: ‘Todos los que se presentaron con lo mismo que tú traes fueron tratados con hostilidad. Si estoy vivo hasta ese día, te apoyaré con todas mis fuerzas’. Waraqa murió unos días después y la revelación también se detuvo por un tiempo.»

Sahih al Bujari

Fuente: islamamerica.org