Mohammed Ibn Musa al-Jwarizmi (780-850), más conocido como al-Jwarizmi, fue el inventor del álgebra, y el más reconocido de los matemáticos musulmanes medievales. Nació en Jorezm, al sur del Mar de Aral (hoy Jiva, Uzbekistán), de ahí su nombre: «el de Jorezm».
Hacia el 820, al-Jwarizmi fue llamado a Bagdad por el califa abbasí al-Mamun, hijo de Harun ar-Rashid, célebre gracias a las «Mil y una Noches» y fundador de la Casa de la Sabiduría, o Bayt al-Hikma. Al-Mamun continuó la línea de trabajo iniciada por su padre en busca del conocimiento científico. Su actividad tuvo una amplia repercusión en todo Oriente, y benefició a Europa, principalmente a través de la España musulmana y la escuela de traductores de Toledo, en tiempos de Alfonso X el Sabio.
La mayoría de sus diez obras escritas en árabe fueron traducidas al latín. Trataban de matemáticas, astronomía, astrología y geografía. Su trabajo más conocido fueron sus Tablas Astronómicas. Incluyen algoritmos para calcular fechas, así como las primeras tablas conocidas de las funciones trigonométricas seno y cotangente. No utilizó los números negativos, que aún no se conocían en aquella época, ni el sistema decimal ni de fracciones, aunque sí el concepto del cero, de origen indio. En su obra Aritmética, traducida al latín como Algoritmi de numero Indorum, introduce el sistema numérico indio y los algoritmos necesarios para el cálculo. En Álgebra, describe las reglas para completar y reducir ecuaciones. Además de sistematizar la resolución de ecuaciones cuadráticas, también trata de geometría.
Secuencia de operaciones
Un algoritmo es una secuencia de operaciones que permiten encontrar la solución de un problema. Aunque los algoritmos datan de tiempos babilónicos y los griegos diseñaron algunos tan empleados como el de Euclides, útil para calcular el máximo común divisor de dos números, fue al-Jwarizmi el primero que inventó algoritmos destinados al cálculo de raíces de ecuaciones.
El trabajo del gran matemático medieval permitió preservar y difundir el conocimiento de los griegos y los indios, fundamentales para el desarrollo de la civilización occidental.
El trabajo del gran matemático medieval permitió preservar y difundir el conocimiento de los griegos y los indios, fundamentales para el desarrollo de la civilización occidental. Sus obras eran prácticas e intuitivas, y contribuyeron a acercar la matemática a un público no especializado. Sus algoritmos permitían realizar cálculos con la ayuda de algún mecanismo, sin necesidad del uso de papel y lápiz, con el mínimo número de operaciones. Gracias a al-Jwarizmi conocemos en la actualidad el sistema decimal indio.